5 de febrer del 2009

La virtud del mediocre es la constancia

La virtud del mediocre es la constancia


¿Cuántos buenos jugadores desaparecen al no alcanzar sus esperadas cotas de triunfo?
¿Cómo puede ser que este chaval juegue en este equipo?


El baloncesto como muchos otros deportes tiene una característica totalmente común, y no es otra que la “Pirámide” es decir; en la base siempre hay miles de jugadores/as que con el paso del tiempo cada vez se va reduciendo, ya sea por la evolución técnica/táctica individual o física de cada uno o por otros factores externos como pueden ser los estudios, las relaciones efectivas y un largo etcétera.

Lo que es evidente es que a medida que transcurre el tiempo la franja de jugadores y jugadoras se reduce considerablemente; y en general hay un punto en que solo sobreviven dos clases de jugadores: Los que tienen calidad y los que trabajan incansablemente (muchas veces denominados por algunos mediocres,cosa que no entiendo); es en este período donde se establece un punto y aparte en el deporte; es decir; este es el punto clave.

“Es cierto que también hay los jugadores con calidad y que son increíblemente trabajadores, estos en principio no deben tener muchos problemas en seguir su curso.”

Los jugadores con calidad me dan miedo cuando la calidad no va acompañada de sacrificio y trabajo, porque al fin y al cabo sus aires de grandeza los harán perderse en equipos mediocres para poder destacar en su juego, estos jugadores estarán cómodos en equipos donde no les haga falta continuar trabajando duro para poder ser el mejor y esto aunque no sean concientes es una muerte anunciada.

Mientras tanto los jugadores trabajadores, los jugadores “mediocres” que son constantes, estos jugadores son los que realmente van a seguir evolucionando, puede que lleguen a su máximo; pero lo que nunca llegaran es a su fin ya que con su constancia llegaran mucho más allá que la calidad de muchos jugadores; ya que en los equipos no solo hace falta calidad, sino también muchas otras cosas como: Compañerismo, lealtad, voluntad, trabajo, constancia y una larga lista de adjetivos que hacen equipos ganadores.

Puede ser que el “mediocre” sea el jugador 11 o 12, incluso que juegue una media de 5 minutos por partido; pero el jugador constante y trabajador estará satisfecho tanto por su aportación personal, como deportiva y humana.

Estos jugadores son una parte de la gran esencia del baloncesto, sin su constancia les aseguro que no existirían muchos grandes jugadores ni muchos grandes equipos.

A veces hay muchos padres que tienen mucha prisa para que sus “hijos” lleguen y no son concientes de que en realidad queda mucho camino para llegar (si se quiere llegar bien). Por tanto lo que les quiero hacer reflexionar es que no tengan prisa, y tampoco se obsesionen en la calidad de su joven jugador, yo te diría: Obsesiónate en que sea constante y trabajador porque lo más probable es que llegue más lejos aunque más despacio que el anterior, incluso si no llega, una cosa habrás ganado para tu hijo; dos virtudes increíbles para su vida.

La virtud del mediocre es la constancia